False Love [One-shoot]

 S H E R L O C K    G Ó M E Z

Todo se puede perdonar menos una traición de la persona que mas confías.

Anónimo

— ¿Observas aquella nube? —Preguntó mientras con su codo movía mi brazo.

— Mmm… —Murmuré. — Estoy dormida.

— ¡Tammy despierta! Mira la nube.

Bostecé y miré el cielo buscando aquella nube de la cual tanto hablaba Seth. Era tan difícil concentrarse, lo miraba por el rabillo del ojo, esa sonrisa tan inocente, su mirada perdida en esas figurillas que formaba con las nubes. Su emoción a flor de piel. Ese… ese chico es mi mejor amigo y de ese chico me encuentro perdidamente enamorada.

Pero cuando analizas la situación te darás cuenta que la vida te odia. Es un odio tan grande el cual nunca te permitirá ser feliz.

Primeramente tenemos que estoy enamorada de mi mejor amigo, aquel chico que conocí la primera vez que entré en el instituto, hace quizás aproximadamente cuatro años. Como punto número dos está que él solo me ve como su amiga, como aquella hermana menor que nunca tuvo. Y el punto más importante ante tanta mala suerte que tengo es nada más y nada menos que Seth tiene novia. Y no es cualquier chica, el destino te pondrá a la peor en tu camino.

— ¡Tammy me tengo que ir! —El brillo de sus ojos se desvaneció. Su mirada la clavó en el pasto. — Yuri me necesita. ¿No te importa verdad?

Negué. ¡Claro que me importaba! Pero no podía decírselo.

Yuri es la novia de Seth desde hace unas dos semanas y bien… esta chica me odia. Si… con cada letra de la palabra. Soy quizás su enemiga número uno y… sinceramente no me interesa, pero no me queda más que soportarla por ese chico a mi lado.

El que no le agrade a Yuri no es sólo por ser la mejor amiga de su atractivo y simpático novio. También el hecho de que en segundo año de instituto accidentalmente manche su blusa con queso derretido de mis nachos. No fue la mejor presentación ante ella pero creo que de alguna forma u otra ella se cruzaría en mi camino.

— ¿Qué te parece si mañana vamos a comer pizza? Hace unos días abrieron un nuevo establecimiento cerca de casa. ¿Te gusta la idea?

— Sí. —Asentí. — Mañana a las cinco.

No me importaba que su novia y toda la familia de ella me odiara, esos micro momentos que llego a pasar con Seth se quedan grabados en mi mente.

Una hora. Dos horas. Tres horas.

¿Qué ocurre? Seth nunca es impuntual, siempre se burla de mi por eso, yo soy la que llego tarde, él no, yo si. Llamo a su casa y nadie contesta, su celular manda a buzón y bueno… Yuri no creo que me comunique con él.

Comenzó a llover. ¡Mi mala suerte sale a relucir nuevamente! No llegó. Me dejó plantada, me abandonó. ¿Por qué? Espero y no haya sucedido nada, que se encuentre bien y tenga una buena explicación ante esto.

Tammy 18:30 pm

Gracias mejor amigo. Por cierto la pizza esta deliciosa, quizás cuando estés menos ocupado vayamos.

Seth 20:10 pm

¡Tammy perdón! Discúlpame. Yuri deseaba que comiera con sus padres y bueno… fue difícil decirle que no.

Tammy 20:21 pm

¿Sabes la hora que es? Son las ocho Seth. Te mande el mensaje a las seis. Creo que el mesero se comporto más amable conmigo que mi mejor amigo.

Seth: 20:23 pm

¿Acaso me estas reclamando? No fue mi culpa. Tammy, como mi amiga debes de entender.

Tammy 21:03 pm

Comprendo. Pero no entiendo. ¿Era tan difícil mandar un mensaje? Esperé ¡Tres horas! Y no estoy reclamándote nada. Tengo sueño. Adiós.

Seth 21:04 pm

Prometo recompensarlo. Perdóname.

Terminar problemas de algebra a las ocho de la mañana a una hora de que empiece tu clase… no es nada agradable. Charlie un compañero de clases me enseña como hacer los resultados de esos tortuosos problemas. 

— Así que…

— ¡Tammy! —Gritó Seth y sentándose a un lado de mi.

— Charlie. He comprendido los problemas. Vamos a clases.

— Tammy espera. —Sostuvo mi muñeca.

Es aquí cuando uno siente esa corriente eléctrica pasar por todo su cuerpo y llegar al corazón, desconectar el cerebro y todo movimiento para quedar completamente estática y a merced de la otra persona.

— No te vayas. Necesito tu ayuda. —Esbozo una sonrisa.

— Adelántate Charlie. En unos minutos voy. —Lo miré. — ¿Qué necesitas? —Dije con frialdad.

— ¿Me ayudas con mi tarea de francés?

Rodee los ojos. No podía decirle que no. Sólo me quedaba ayudarle. Olvidar mi enojo y apoyarlo.

— No debería de estar haciendo esto después de lo que paso ayer.

— Eres la mejor y discúlpame. No volverá a suceder. ¿Qué te parece si después de clases vamos a comer? Yo invito.

— No lose. Tengo examen mañana y…

— Por favor. —Sonrió.

Maldito Seth con esa estúpida sonrisa que me enamora más.

— Bien. Vamos. —Reí. —Listo esta tu… ¿Por qué escribiste aquí con pluma rosa? —Pregunte sin aguantar la risa. — ¿Ocupas pluma rosa?

— Ehh… si. No tenia en ese momento negra. Gracias Tammy. ¿Me acompañas por un poco de jugo?

Agarré mi mochila y nos dirigimos hacia la cafetería. Una comida con Seth después del incidente de ayer… no está mal, desea recompensarme por su error. ¡Es el mejor amigo del mundo!

Estábamos por llegar cuando la veo pasar y esconderse entre los brazos de él. Me adelante un poco y lo espere a que se desocupara mirando en dirección contraria. Jugaba con mi celular, miraba el cielo, a las personas pasar pero nada me distraía para no querer voltear a verlos. ¡Autocontrol Tammy!

Tammy Hale no tiene autocontrol. Voltee. Ella estaba recargada sobre su pecho. La mano de Seth en el cabello de Yuri acariciándolo. ¿Escucharon un crujido? Oh… perdón fue mi corazón.

Acomodé mi mochila para avanzar pero la voz de Yuri me detuvo.

— ¿Cariño acabaste mi tarea de francés?

— Ehh… si.

Con pasos firmes avance de regreso pasando por su lado. Esto es el colmo, no son celos es un coraje e impotencia lo que sentía. ¿Acaso me había utilizado? Estúpido y maldito Seth.

Seguía enojada, todo el día lo ignoré, no leía sus mensajes y preferí eliminarlos.

— ¡Tammy espera!

— Déjame en paz.

— Se que lo que escuchaste… discúlpame, te iba a decir que…

— ¿Qué? Que estos cuatro años me has hablado por interés, que realmente no te importo y que prefieres a esa tipa ante tu amiga. ¿Eso?

— No hables así de Yuri. No la conoces, si la trataras ella te agradaría y…

Sentémonos a charlar destino. ¿Qué buscas con ponerme a Seth en mi camino?

El metro se detuvo bruscamente logrando que perdiera el equilibrio y me estampara en Seth. Sus manos me rodearon la espalda para protegerme de algún golpe. Su aroma entro por mis fosas nasales logrando un corto en mi razón y perdiera toda cordura e intención de ser fría con él.

— ¿Estas bien Tammy? —Preguntó preocupado.

Me alejé. Entre menos contacto tenga, más control tendré.

— Aquí bajo. —Musite.

— Pero…

— Adiós.

Hace aproximadamente dos semanas que no hablaba con Seth, que trataba no topármelo y que quizás no vuelva a verlo. Ha sido una tarea difícil siendo que vivimos cerca, tenemos tres clases juntos y el llamar y mandar mensajes acorta distancias.

— Tammy ¿Podemos hablar?

— Yo no tengo nada que hablar contigo.

— Vamos Tammy…. No te comportes como una chiquilla malcriada.

— Estoy estudiando, así que aléjate.

— Tammy Hale.

Alcé la vista, hice una mueca y nuevamente clave la mirada en el libro.

— ¿Por qué tanto odio hacia Yuri? —Preguntó.

Alejé el libro, lo cerré y baje mis lentes. Miré a Seth y crucé brazos.

— ¿Odio? ¿Yo odiar a Yuri? —Chistee. — Seth, no odio a tu novia, la vida de ella es irrelevante en mi persona. Me interesan más cosas productivas que el estar odiando a esa chica. Pero… simplemente ella y yo no congeniamos. Se ha llevado a mi mejor amigo y me entrega a un chico que realmente desconozco. Yo solo pido al menos un poco de atención de la que alguna vez tuve. Seré infantil pero esa chica me esta robando a mi mejor amigo. —Apreté la mandíbula. — Entiendo que sea tu novia pero… ¿Y tu amiga? ¿Acaso yo no soy importante para ti? Es una decisión difícil, pero será mejor distanciarnos y cada uno haga su camino aparte. El esperarte horas en un lugar, el hacer tarea que no me pertenece, el conseguirte hasta lo último posible en esta vida sólo para que estés feliz… me esta cansando y quitando tiempo. —Me levanté. — Nos vemos Seth.

— ¿Nuestra amistad terminará por ella?

Miré ese rostro que un día me enamoró, su mirada pedía una respuesta sincera y la recibirá.

—Si. Por ella terminara nuestra amistad.

Me alejé de mi mejor amigo, me alejé de mis recuerdos y ahora sólo me queda trazar otro camino yo sola y comenzar de cero.

Nota: Prohibida la distribución total o parcial del texto.